jueves, 28 de enero de 2010

Reacciones a Citizens United

Ramiro Alvarez Ugarte 


La decisión que comentó Juan en la entrada anterior mereció muchas críticas, incluso desde la Casa Blanca. Es interesante, en ese sentido, ver la reacción del juez Samuel Alito al comentario que hizo Obama ayer en su discurso sobre el ‘Estado de la Unión’, que deriva de artículo II, sección 3 de la Constitución de los Estados Unidos.



Cuando Obama dice que la nueva decisión de la Suprema Corte va a “abrir las compuertas para los intereses especiales”, es decir, para la influencia de corporaciones de todo tipo en el proceso eleccionario, se puede ver a Alito negando con la cabeza y diciendo “no es cierto”. ¿Pero es cierto o no? Para algunos, las compuertas ya estaban abiertas.

Sin embargo, los analistas ya están pensando para adelante y viendo cómo la decisión va a afectar al proceso eleccionario que se va a llevar adelante dentro de menos de once meses. La ex juez Sandra Day O'Connor , por su parte, incluso consideró que la decisión podría afectar a la independencia judicial, particularmente en aquellos Estados en dónde algunos de sus jueces son elegidos a través del voto popular. Y otros piensan en qué puede hacer el Congreso ante una decisión de la Suprema Corte que contradice su propia visión de lo que necesita la democracia estadounidense.


Otros, por otro lado, se preguntan por las preguntas que siguen sin respuesta. Por ejemplo, ¿pueden las corporaciones extranjeras invertir en campañas publicitarias para elegir a un representante o impedir que un candidato sea electo? Esa es la preocupación, por ejemplo, de este caricaturista.

Mientras algunos son muy pesimistas, otros –sectores conservadores, principalmente- son muy optimistas. Claro, son sectores de la sociedad civil sumamente conservadores. Ellos alegan que la decisión de la Suprema Corte es una victoria para la “libertad de expresión”.

En el fondo, por supuesto, se enfrentan dos visiones radicalmente opuestas de lo que realmente es la libertad de expresión. Este es un buen lugar para comenzar a explorar esa controversia

Finalmente, y más allá del interés teórico de la cuestión, cabe preguntarse cómo andamos sobre el tema en casa.

martes, 26 de enero de 2010

Dinero y campañas en los EEUU: la Corte Suprema asesta un duro golpe al corazón de la democracia republicana

Juan González Bertomeu

La Corte Suprema de los Estados Unidos, con su decisión de invalidar una ley federal que ponía límites a los gastos electorales de las empresas, acaba de debilitar la ya vapuleada democracia norteamericana. La sentencia, pronunciada por la mayoría conservadora de la Corte, se alinea con otras de los últimos años que también refuerzan el poder de las corporaciones.

La actividad política cuesta dinero. Los candidatos deben asegurarse que sus proyectos lleguen a los votantes; para eso deben utilizar los modos que estimen más efectivos. Un siglo atrás, las ideas políticas se daban a conocer –casi exclusivamente- mediante panfletos de baja circulación y en mítines públicos. Los candidatos viajaban y exponían sus puntos de vista en pueblos y ciudades correspondientes a sus distritos electorales. La aparición de la radio –primero– y la televisión –luego– alteró dramáticamente esta situación. La gente, así, se acostumbró a escuchar ideas por estos medios, movilizándose menos que antes, especialmente ayudada por sistemas políticos que no incentivan la participación popular activa.

jueves, 7 de enero de 2010

Luego de Copenhague, ¿qué hará la Argentina?

Leonardo Filippini y Leandro García Silva

El 18 de diciembre finalizó la cumbre de Copenhague sobre Cambio Climático con una declaración de compromiso ambiental de mínima. Para muchos la Declaración reflejó el fracaso de las negociaciones y defraudó la expectativa de acordar metas obligatorias para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los esfuerzos por un tratado más riguroso deberán esperar la próxima reunión de las partes, en México, este año.

La cumbre también mostró que los líderes mundiales reconocen que la vida de la especie humana está íntimamente ligada a las condiciones ambientales que hacen posible su desarrollo. La quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, y la deforestación contribuyen al aumento de la temperatura de la tierra y la Declaración reconoció que un aumento de la temperatura del planeta de más de 2° Celsius infringiría un límite peligroso, cuyas consecuencias de sequías, inundaciones, tormentas severas y mayor nivel del mar debemos evitar. Los limitados resultados de Copenhague se atribuyen a la acción conjunta de los países desarrollados -los mayores emisores de gases de efecto invernadero- y de los países en rápida industrialización y con gran población, como China, India y Brasil que ya son también grandes emisores. China, por ejemplo, es el primer emisor mundial desde 2007.