Nicolás Laino
Quisiera plasmar por escrito algunos interrogantes que me ha suscitado la lectura del interesante artículo de opinión publicado por el Prof. Martín Farrell el 3 de junio del pasado año en diario La Nación y que hemos tenido la dicha de poder compartir en este espacio de discusión.
Si se me permite esta acotada síntesis, el Dr. Farrell plantea al comienzo una distinción entre el llamado retribucionismo penal, tributario de las ideas kantianas, por un lado, y el denominado utilitarismo penal, herencia de los desarrollos de J. Bentham, por el otro. Ambos compartirían el hecho de que resistirían exitosamente el escrutinio del sentido común.
A partir de allí el distinguido colega construye un interesante hilo discursivo donde, tras criticar las posturas abolicionistas de Bazelon y Tolstoi, concluye en que deberíamos resignarnos a las cárceles ―procurando que sean mejores que las de la Rusia de Tolstoi― pues cualquier otra solución alternativa ―la pena de muerte, los tormentos o los azotes― resultarían contrarios al derecho internacional e inconstitucionales.