lunes, 8 de septiembre de 2014

Hoy: Ciclo de Cine y Justicia Reproductiva

Material de lectura sugerido

Mujeres invisibles: sexismo en el cine de Hollywood
Con más de un siglo de historia, el cine “mainstream” sigue representando a las mujeres, mayoritariamente, como simples trofeos o satélites de los héroes masculinos.

Jeronimo Atehortúa Arteaga (1)


Hoy en Suecia se ha empezado a utilizar un sistema de calificación de películas con fines didácticos y políticos, cuyo fin es alertar a los espectadores sobre la brecha y sesgo de género presente en el grueso del cine de masas.

A partir de una iniciativa tomada por un par de cines independientes, el Instituto de Cine Sueco, en octubre de 2013, fue pionero en esta materia al avalar el sistema de calificación conforme al cual toda película que vaya a ser exhibida será calificada con una “A” solo si supera un simple test conformado por tres reglas:

1) en la película deben aparecer al menos dos mujeres con nombre propio
2) ambas mujeres deben tener al menos una conversación entre sí
3) la conversación debe versar sobre tema distinto a un hombre.


Un test sencillo pero que la mayoría de películas no supera: El increíble hombre araña, Up, Argo, El Señor de los anillos, Avatar y IronMan, son solo algunos ejemplos de películas que no pasan la prueba, ya que cerca del 70% de las películas de Hollywood tampoco lo logran.
Conocida como Test de Bechdel, esta prueba tiene su origen en un pasaje del comic escrito por Alison Bechdel llamado “DykestoWatchOutFor", algo así como “lesbianas de cuidado”, en el que dos mujeres discuten si entrar a cine o no, frente a una cartelera rebosante de testosterona, llegando a la conclusión de que solo verán una película que pueda cumplir con la prueba.


Así, lo que nació como un agudo comentario cultural, se hizo posteriormente un instrumento que busca dejar clara la pobre presencia de las mujeres en el cine de Hollywood, porque valga aclarar que este test frente a otros modos de representación cinematográfica resulta altamente deficiente, matizando este comentario, por el hecho de que tal como lo demostró Teresa de Lauretis, el cine avant-garde es igualmente proclive a reproducir prejuicios de género, pero en formas mucho más difusas (2).


Si bien los fines de esta prueba parecieran ser inobjetables, hay varios malentendidos sobre él, pues en no pocos casos, sus críticos lo han tomado como si constituyera una demanda, señalando el hecho evidente de que una película podría superar el test y ser misógina, o el caso contrario, podría no superarlo y ser una cinta feminista.


El test de Bechdel no constituye un índice de corrección política, tampoco busca dictaminar sobre la calidad de las películas, y mucho menos pretende ser un sistema de censura. El test lo único que pretende dejar claro es si hay una presencia relevante de mujeres en una película.


Si entendemos que la mayor parte del cine que consumimos es protagonizado por personajes masculinos, con nombres propios, que hablan sobre toda clase de temas, y que la mitad del público que ve cine son mujeres, podemos ver parte de la gravedad del asunto; porque el hecho de que la mayoría de películas no puedan superar esta prueba hace palmario que la mujer está obturada en el cine; y por supuesto, en un mundo igualitario, este teste sería más que trivial.


Según cifras publicadas recientemente por el Centro para el Estudio de la Mujer en Cine y Televisión3, de las 100 películas más taquilleras en EEUU en 2013, las mujeres constituyen tan solo el 15% de los personajes protagónicos y el 30% de los personajes con parlamento; y según otro estudio del Centro Annberg de políticas públicas de la universidad de Pensilvania4, se demostró que los personajes femeninos son dos veces más propensos a ser visto en escenas sexuales explícitas, mientras que los personajes masculinos son más propensos a ser vistos como violentos. Con lo cuál queda claro que hay una representación deficiente y estereotipada de la mujer en las pantallas.


Lo importante del test de Bechdel no es lo que puede decir de cada película, sino aquello que dice del cine como conjunto, pues con él no se pretende alejar a los espectadores de ciertas películas, nada más equivocado, él lo único que busca es abrir los ojos sobre una realidad innegable, haciendo que cada vez que un espectador note que la película que quiere ver no ha pasado el test, recuerde un estado de cosas discriminatorio, que ha sido históricamente invisibilizado.
 


1 Director de Cine de la Fundación Universidad de Cine (FUC) de Buenos Aires y abogado de la Universidad Externado de Colombia. Es docente invitado de la Universidad de Palermo en talleres de cine, género y derecho del programa de Justicia Reproductiva del Nucleo de Abogacía feminista de la Facultad de Derecho. Es columinista habitual de el periódico EL Mundo de Colombia.
2 DeLauretis, Teresa. 1992. Alicia ya no: feminismo, semiótica, cine. Madrid: Ediciones Cátedra.

3 Lauzen Martha M., Ph.D. “It's A Man's (Celluloid) World: On-Screen Representations Of Female Characters In The Top 100 Films Of 2013” http://womenintvfilm.sdsu.edu/files/2013_It's_a_Man's_World_Report.pdf
4 Annenberg Public Policy Cente “Research on gender portrayals in film 1950-2006” http://www.annenbergpublicpolicycenter.org/appc-releases-research-on-gender-portrayals-in-film-1950-2006/

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